viernes, 14 de noviembre de 2008

Guàrdame el secreto

Entre Tù y yo, Señor guàrdame el secreto. Que esto quede entre Tù y yo aunque muchos lo sepan porque nadie sabrà màs que Tù lo verdaderamente cierto, lo que siento y no digo, lo que sufro y espero. Entre Tù y yo, Señor. ¿Por què serà màs fàcil en este andar peregrino de mi vida, de esta vida, el hablar contigo, el escucharte, el ser escuchada, ser amada y aceptada, el amarte y aceptarte, comprendida y comprenderte, contenida y contenerte, que encontrar y dar lo mismo a mis hermanos? Tù no juzgas, Señor. Todo juicio conlleva una sentencia, y en la sentencia, la condena, la pena y el castigo. Tù perdonas. Tù me abres tus brazos generosos y me das los abrazos que no tuve; Tù sostienes al caìdo y lo levantas, adornas al sufriente con perlas de tu mirada. No condenas. Comprendes, perdonas y callas. Entre Tù y yo, Señor, guàrdame el secreto, eso que Tù sabes, lo que yo deseo. Entre Tù y yo, Señor, Sangre de mi vida, Dulce Nèctar que endulzas mi vida, guàrdame el secreto, que si Tù lo sabes (y còmo no saberlo) aunque no llegara jamàs a lograrse, sè que el dìa èse en que pueda verte ya no a travès del blanco Misterio sino cara a cara, sin lugar ni tiempo, vendràs a mi encuentro a lograr mi sueño.

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